viernes, 27 de marzo de 2015

LOS JUDÍOS Y LA MUERTE DE CRISTO. Jorge Álvarez.



Los judíos, como hacen tan a menudo, utilizan un doble lenguaje a la hora de hablar del espinoso asunto del cristianismo y de su fundador. En su discurso público hacia el mundo exterior hablan de Cristo como un judío que se apartó de la ortodoxia yahvista, pero al que respetan como hombre piadoso y bienintencionado. Sin embargo, en su sagrado Talmud vierten todo tipo de improperios hacia Jesús, hacia la Virgen María y en general hacia los cristianos. Y sus rabinos enseñan a los niños a despreciar a Cristo y a los cristianos en las escuelas talmúdicas[1]. El enorme poder mediático de estos sujetos ha conseguido que casi todos los cristianos se crean el primer discurso, que es el falaz y que ignoren el segundo, que es el sincero.

 

La doctrina oficial de la Iglesia durante siglos afirmó, desde el punto de vista histórico y sin ningún tipo de reparo, la responsabilidad de los judíos en la pasión y muerte de Cristo. Sin embargo, por uno de esos estúpidos complejos de corrección política emanados del lamentable Concilio Vaticano II, a partir de los años sesenta ha dado un giro total y ahora define a estos individuos tan hostiles y sectarios, como los hermanos mayores de los cristianos.

 

En concreto, los historiadores judíos y los gentiles filosemitas, achacan la responsabilidad de la muerte y pasión de Cristo a las autoridades romanas y aseguran que los relatos de los evangelistas en este punto son falsos. Sus argumentos son a la vez tendenciosos y fútiles. Los analizamos con cierto detenimiento.

 

martes, 24 de marzo de 2015

UN INTERESANTE LIBRO SOBRE LA DEDICACIÓN DE LOS JUDÍOS A LA USURA. Jorge Álvarez.




No dejo de leer todo lo que puedo acerca de la Historia de los entrañables judíos para mi inconclusa obra sobre estos simpáticos sujetos.
 
Es un dogma bien establecido por los historiadores hebreos y sus colegas gentiles que la única razón por la que los judíos de la diáspora se convirtieron en prestamistas y recaudadores de impuestos fue la prohibición que los gobernantes cristianos les impusieron para poseer tierras y cultivarlas.

En el capítulo que dedico a la Edad Media, sostengo que esto, por más que comúnmente aceptado por la comunidad académica, es totalmente falso.


Cito ejemplos en los que en diferentes lugares y momentos de la antigüedad, los judíos no tenían prohibida ninguna actividad económica y, sin embargo, se dedicaban siempre con entusiasmo y éxito al préstamo usurario y a la recaudación de impuestos, junto a otras actividades, como la medicina y el comercio, que en general compatibilizaban con las dos primeras.


Es mentira que los judíos se dedicasen desde antiguo a estas actividades porque los gentiles les obligaban a ello. Sin embargo, era poco menos que imposible encontrar algún estudio sobre este tema que reconociese este hecho y no pudiese ser calificado de antisemita o poco riguroso.


Acaba de caer en mis manos (gracias a la lectura previa de "Una herencia incómoda. Genes, raza e historia humana de Nicholas Wade")  el ensayo The Chosen Few: How Education Shaped Jewish History, 70-1492: How Education Shaped Jewish History, 70-1492 (The Princeton Economic History of the Western World) de Maristella Botticini y Zvi Eckstein. Ambos son reputados economistas y Zvi Eckstein es israelí. Este ensayo ganó el Winner of the 2012 National Jewish Book Award in Scholarship y fue editado por The Princeton Economic History of the Western World.